A la edad de 55 años ha fallecido en Valencia, el que fue gran almirante de la Corona de Aragón Roger de Lauria. Habia nacido en Scala (Calabria [Italia]) en 1250 y se educó en la corte del principe Pedro, al llegar procedente de Sicilia, con su madre, cuando esta acompañó a la princesa Constanza a contraer matrimonio con el futuro rey don Pedro I el Grande. En 1270, don Jaime, hizó donación a él y a su madre del Valle de Seta, cerca de Cocentaina. El rey don Pedro I le nombró almirante al destituir a su hijo don Jaime, por desobedecer órdenes.
Pronto entró en acción al frente de la escuadra aragonesa, venciendo en la batalla de Malta, consiguiendo el dominio de la isla. Era su primer combate como almirante; allí fue herido en lucha a espada con el almirante enemigo Cornuto, que murió despedazado.
Carlos de Anjou, rey de Nápoles, que pretendia invadir Sicilia, estaba preparando una gran flota en Marsella y Nápoles. Enterado Roger, partió para Nápoles donde entabló batalla; destrozó a la escuadra enemiga e hizo prisionero al principe de Salerno. El 5 de junio de 1284, asaltó y saqueó los fuertes de Nicotera y Castevetro, expulsando a los franceses de Calabria. En junio de 1285, Francia invadió Cataluña. Don Pedro I, reclamó la presencia de Roger, quien cerca del golfo de Rosas, presentó batalla a la escuadra francesa produciendoles gran descalabro. Roger se ensañó con los enemigos realizando actos de crueldad, como el arrojar al mar a varios centenares de presos atados a una maroma y de enviar al campo enemigo a más de 200 franceses después de haberles sacado los ojos. El 16 de junio de 1287, interceptó 36 galeras francesas que marchaban a atacar Sicilia, obteniendo otra gran victoria.
En 1295 pasó a servir a Federico III de Sicilia, de quien fue embajador ante el papa Bonifacio VIII, pero discusiones surgidas le impulsaron a salir de Sicilia y ponerse de nuevo al servicio de Jaime II, enemistado entonces con su hermano Federico. En 1299 provocó gran derrota a la escuadra siciliana en el cabo de Orlando, el 4 de junio, mostrando una vez más su crueldad con los vencidos. En el verano de 1300 volvió a vencer a la escuadra siciliana en aguas de Ponza, donde hizo prisionero al almirante de Sicilia Conrado Doria.
Don Jaime II le cedió las villas de Calpe y Altea. La isla de Yerba y el Querqueso, constituian un principado, que una vez ocupado fue gobernado por Roger de Lauria. En 1304, en una incursión violenta de los musulmanes, incendiaron Cocentaina, donde le tuvieron asediado durante tres dias, en venganza por las persecuciones que el almirante habia efectuado a sus naves.
Cansado de guerrear, se retiró a sus posesiones de Valencia que, además del señorio de Cocentaina y la villa de Alcoy comprendian también Muro, Alcudia, Cella y Benimàmet.
Una frase célebre Roger de Lauria ha dejado una frase para la historia. La pronunció en su juventud, en 1285, a raiz de la victoria que con sus galeras obtuvo contra los franceses cuando estos habían invadido el condado de Barcelona por los Pirineos. Tras su victoria hubo negociaciones con el conde de Foix, emisario del rey de Francia, que le pedia una tregua. Lauria dijo que no habria pacto alguno con franceses, el francés se extrañó de esta gallardia y añadió que le sorprendía que no diera tregua a un rey tan poderoso como el de Francia que podia armar una flota de 300 navios y vencer a Aragón.
El de Lauria respondió confiado que no temía ni a 300 ni a 1.000 galeras francesas. Y dijo aquí su frase que copiamos:
Pronto entró en acción al frente de la escuadra aragonesa, venciendo en la batalla de Malta, consiguiendo el dominio de la isla. Era su primer combate como almirante; allí fue herido en lucha a espada con el almirante enemigo Cornuto, que murió despedazado.
Carlos de Anjou, rey de Nápoles, que pretendia invadir Sicilia, estaba preparando una gran flota en Marsella y Nápoles. Enterado Roger, partió para Nápoles donde entabló batalla; destrozó a la escuadra enemiga e hizo prisionero al principe de Salerno. El 5 de junio de 1284, asaltó y saqueó los fuertes de Nicotera y Castevetro, expulsando a los franceses de Calabria. En junio de 1285, Francia invadió Cataluña. Don Pedro I, reclamó la presencia de Roger, quien cerca del golfo de Rosas, presentó batalla a la escuadra francesa produciendoles gran descalabro. Roger se ensañó con los enemigos realizando actos de crueldad, como el arrojar al mar a varios centenares de presos atados a una maroma y de enviar al campo enemigo a más de 200 franceses después de haberles sacado los ojos. El 16 de junio de 1287, interceptó 36 galeras francesas que marchaban a atacar Sicilia, obteniendo otra gran victoria.
En 1295 pasó a servir a Federico III de Sicilia, de quien fue embajador ante el papa Bonifacio VIII, pero discusiones surgidas le impulsaron a salir de Sicilia y ponerse de nuevo al servicio de Jaime II, enemistado entonces con su hermano Federico. En 1299 provocó gran derrota a la escuadra siciliana en el cabo de Orlando, el 4 de junio, mostrando una vez más su crueldad con los vencidos. En el verano de 1300 volvió a vencer a la escuadra siciliana en aguas de Ponza, donde hizo prisionero al almirante de Sicilia Conrado Doria.
Don Jaime II le cedió las villas de Calpe y Altea. La isla de Yerba y el Querqueso, constituian un principado, que una vez ocupado fue gobernado por Roger de Lauria. En 1304, en una incursión violenta de los musulmanes, incendiaron Cocentaina, donde le tuvieron asediado durante tres dias, en venganza por las persecuciones que el almirante habia efectuado a sus naves.
Cansado de guerrear, se retiró a sus posesiones de Valencia que, además del señorio de Cocentaina y la villa de Alcoy comprendian también Muro, Alcudia, Cella y Benimàmet.
Una frase célebre Roger de Lauria ha dejado una frase para la historia. La pronunció en su juventud, en 1285, a raiz de la victoria que con sus galeras obtuvo contra los franceses cuando estos habían invadido el condado de Barcelona por los Pirineos. Tras su victoria hubo negociaciones con el conde de Foix, emisario del rey de Francia, que le pedia una tregua. Lauria dijo que no habria pacto alguno con franceses, el francés se extrañó de esta gallardia y añadió que le sorprendía que no diera tregua a un rey tan poderoso como el de Francia que podia armar una flota de 300 navios y vencer a Aragón.
El de Lauria respondió confiado que no temía ni a 300 ni a 1.000 galeras francesas. Y dijo aquí su frase que copiamos:
salvo que tenga salvoconducto del rey de Aragón, ni aún no sólo galera ni nave,
sino que no creo que ningún pez se atreva a alzarse sobre el mar, sino lleva un escudo
con la señal del rey de Aragón en la cola, como muestra de salvoconducto de aquel
señor, rey de Aragón"
Tras su muerte en 1305, el cadáver de Roger de Lauria ha sido trasladado al Monasterio de Santes Creus en la provincia de Tarragona, donde será sepultado.
Texto: Las Provincias Historia Viva de Valencia
Texto: Las Provincias Historia Viva de Valencia
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